sábado, 1 de mayo de 2021

LEER NOS HACE LIBRES

 ¡Hola a todas!

He creado esta entrada porque quería haber celebrado el día de la tradición oral (20 de marzo), y el día del libro (23 de abril) pero la falta de tiempo me impidió crear una entrada como la ocasión se merecía.

Hoy, se cumplen 10 años de mi primera visita a Berlín y una de las tantas cosas que me impactó fue el monumento en memoria de la quema de libros por parte de los nazis y aunque  la entrada no versa sobre literatura infantil, para mí representa que leer nos hace libres y por eso quería compartirlo con vosotras.



        

        Entre el 10 y el 21 de junio de 1933 con Hitler en el poder, se inició una campaña de “purificación de la cultura” impulsada por Joseph Goebbels que buscaba convencer a los alemanes de la necesidad de exterminar todo aquel movimiento cultural que contrariase los ideales del nacionalismo. Los estudiantes universitarios, miembros de la Liga Nacionalista de Estudiantes Alemanes cogieron más de veinte mil ejemplares y los llevaron a la plaza pública de Opernplatz (actualmente Bebelplatz), en el corazón de Berlín para quemarlos.

Se decía que estas obras iban contra el “espíritu alemán” al falsificar la historia promoviendo la decadencia cultural y moral del país. La lista negra estaba compuesta, en su mayoría, por obras de las ciencias humanas. El régimen nazi tuvo especial cuidado en prohibir y eliminar los libros de sociología, filosofía, historia y ciencias políticas que pudieran dar pie al debate sobre la ideología de extrema derecha. También censuraron toda aquella literatura que promoviera algún tipo de reflexión sobre el sistema. Nada más peligroso que un libro para despertar conciencias, para hacer pensar y sentir.

En la actualidad, en el lugar en el que se quemaron esos libros en la Bebelplatz, aparece esa biblioteca vacía, manteniendo presente este hecho en recuerdo de aquel acto contra la diversidad de pensamiento. A través de un panel de cristal se puede ver un recinto subterráneo con estantes vacíos con espacio para veinte mil libros. Justo al lado, también se encuentra una frase del poeta judío Heinrich Heine: “aquello solamente fue un preludio; donde se queman libros, también se queman personas” (1820). Curiosamente, Heine escribió esto casi un siglo antes del ascenso de los nazis al poder, acertando de pleno en los acontecimientos que vendrían después.

            Por eso, cada vez que vamos a una biblioteca, compramos un libro o leemos, estamos ayudando a apagar alguna de las hogueras simbólicas que se crean ante el miedo de que los libros nos puedan hacer LIBRES.

 

Os dejo un link del que podéis ver más detalles si estáis interesadas en la historia.

 

https://universoabierto.org/2019/02/14/un-monumento-en-memoria-de-la-quema-de-libros-nazis-en-berlin/

 

¡Gracias por leerme!

 

Un saludo,

Marisa



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